“Es cierto que algunos medios acosan al candidato del FMLN con preguntas que no le gustan, mientras tratan con excesiva benevolencia a su principal adversario en la contienda electoral”.
Pongan atención en el detalle, que no se les escape: no se trata de preguntas insidiosas o repetitivas, no. Se trata de preguntas “que no le gustan” a Funes. El problema en definitiva no es tanto de los periodistas que prefieren abordar siempre los mismos temas, que insisten en ponerlo en desacuerdo con la dirección del FMLN o que cada gesto de Chávez tiene que ser comentado por el candidato presidencial, sino que del gusto de Funes. Que las preguntas traten de orientar la respuesta, que estén rebosantes de sobrentendidos, que traigan escondida la trampa no es lo importante, lo que le importa a Samayoa es el gusto de Funes. En realidad se trata de imponerle una agenda política que lo aleje de los temas que más preocupan a los electores. Este es el objetivo que oculta Samayoa.
Funes en muchas ocasiones tiene que explicar la pregunta, explicitar los sobrentendidos y por supuesto en cada ocasión su respuesta es larga y es evidente que aparenta irse por las ramas. Porque cuando ya va a llegar al tema, surge una nueva pregunta con nuevos sobrentendidos maliciosos. Es una técnica de un periodismo malo, aunque se crea astuto. Malo, pues priva al televidente o al lector de la información necesaria, de la información que le interesa. El periodista de este tipo tiene como objetivo no el de obtener una información veraz, por ejemplo, qué piensa el candidato sobre tal o cual problema nacional. Este periodismo busca poner en dificultad al entrevistado, busca hacerlo caer en contradicciones. Es un periodismo de basurero. Es este periodismo que produce las preguntas “que no le gustan” a Funes.
Salvador Samayoa, nuestro eminente experto de El Diario de Hoy, pone las cosas en su lugar, además de justificar el periodismo de bacinica, pues en definitiva los periodistas no están obligados a hacer preguntas que le gusten a Funes. Pero es más Funes se queja por gusto.
Lean ahora la continuación: “Pero tambièn es cierto que en otros medios y espacios de opinión el Frente goza de evidente simpatìa, escasos cuestionamientos y cuidadosa omisiòn de preguntas incòmodas.
Asì es la relaciòn de la prensa con los polìticos, al menos en los regìmenes que tienen diversidad real de medios y de partidos”.
No sé si salta a la vista la deshonesta actitud de Salvador Samayoa. Sí, deshonesta actitud, pues él no es idiota, no se trata de un atrasado mental, no, es un experto, aunque sea de El Diario de Hoy. Se trata de un conocido intelectual. También ahora insisto en esta calidad.
Cuando alguien miente por omisión y por alusión muestra su mala intención y su escasa honestidad. Voy a demostrar lo que digo. Salvador Samayoa nos dice que “en otros medios y espacios de opinión el Frente goza de evidente simpatía, etc...”, no obstante no nos dice cuál es la audiencia de esos medios, cuál es el alcance de esos espacios de opinión. Una sola emisora de televisión nacional que hace campaña pro-Arena y anti-FMLN, cubre más que todas las que favorecen al Frente. Insisto el tiraje del diario que le ofrece generosamente su espacio, es distribuido diez o veinte veces más que el vespertino al que se refiere Salvador Samayoa. Esto no es un detalle, las televisiones comuninatarias no tienen el alcance nacional que una sola de las otras, las cuasi-oficiales. Afirmar lo que afirma Samayoa es una muestra de su escasa honestidad intelectual, pues oculta lo principal. Y luego nos presenta esto como algo normal, como algo que es distintivo de los “regímenes” con “diversidad real de medios y partidos”. En ese tipo de regímenes, de seguro, incluye a El Salvador. Por último Funes se queja sin razones. En El Salvador hay empate de medias, cada partido tiene los suyos. Es lo que nos dice nuestro experto. Por consiguiente las quejas de Funes no son fundadas.
Como ven, bajo la aparente neutralidad que uno puede suponerle cuando en la primera frase nos dice: “mientras” algunos medios “tratan con excesiva benevolencia a su principal adversario en la contienda electoral”. Aquí pareciera denunciar, pero no es así. Fijense en la palabrita “algunos”, que nos prefigura el resto de medios que hace lo contrario, “agreden a Avila y tratan con excesiva benevolencia a Funes”. Samayoa tiene su estilo, va dando sus pinceladas, es detallista: ya vieron como caracteriza las preguntas que le hacen al candidato del FMLN, “que no le gustan”, pero ya en el párrafo siguiente estas mismas se convierten en “preguntas incómodas”. Es decir, no son insidiosas, sino que incisivas. Son estas misma preguntas que omiten cuidadosamente los medios que simpatizan con Funes.
Como ven de acuerdo a nuestro experto las quejas de Funes son definitivamente inadmisibles. Pero esto que he mostrado arriba es apenas el introito, lo principal viene luego. Salvador Samayoa trata de persuadirnos con brochazos que Mauricio Funes va a implantar en nuestro país una dictadura chavizta. Anoto al margen que en Venezuela la oposición declarada a Chávez tiene más medios, tv, radio, semanales y diarios que los que sostienen a Chávez, incluyendo los media del Estado.
¿Cómo procede Salvador Samayoa? Pues con cierto criterio pedagógico, se cree maestro. Nos da un ejemplo de esas preguntas “que no le gustan” a Funes, que se volvieron en “incómodas” y que ahora se trata de “temas que más exasperan e irritan a Mauricio Funes”. Como les dije, la culpa es de Funes y no de los periodistas. ¿De qué se trata? De la situación en Venezuela.
Nuestro experto desmenuza la respuesta de Mauricio Funes y muy profesionalmente la descompone en dos puntos. Funes se extraña que sistemáticamente lo interroguen sobre asuntos que no conciernen la vida diaria de los salvadoreños. Da el ejemplo del alza de los precios de los combustibles. Este es el primer punto. “En segundo lugar, nos dice que el candidato del FMLN no tiene que meterse en los asuntos de Venezuela. Y para rematar, nos recuerda que Chávez gobierna Venezuela, no El Salvador”.
Profesoralmente Salvador Samayoa decreta que esta respuesta es “incorrecta” una ¡Wrong answer! como se expresan los dectives, nos aclara nuestro “experto”. Claro que tenía razón al referirme a la serie policial “Los expertos”.
Pero esta referencia al mundo detectivesco le permite por un delicado deslisamiento semántico ligar las respuestas de Funes, la actitud de Funes con el mundo del delito. Les doy el texto integralmente:
“Respuesta incorrecta. ¡Wrong answer!, le dice en las series de televisión el detective al delincuente, cuando responde que no tiene nada que ver con algùn otro implicado en el crimen. Y a continuación le muestra una fotografìa en la que aparecen juntos, departiendo amigablemente”. El inspector Samayoa no tiene esa foto, la de Funes abrazando a Chávez. No importa. Nuestro sabueso nos va a mostrar las fotos que prueban las criminales intenciones de Funes. Pero antes va a caracterizar el crimen. Permitanme que les cite directamente. Así no podrá acusarme que saco de su contexto sus doctorales palabras:
“Tal vez sea cierto que Funes no es amigo de Chávez. Tal vez sea cierto también que no se identifica con el mal llamado "Socialismo del siglo XXI", pero no puede negar que casi todos los dirigentes del Frente admiran a Chávez, comparten sus polìticas, aplauden sus desmanes y lo acompañan con mucha frencuencia y con ostentosa proximidad”.
Decididamente, me encanta el estilo de Salvador Samayoa, esos “tal vez” son muy tiernos, tienen una delicadeza horripilante. ¿Le cree o no le cree? No le cree. Los “tal vez” están ahí para no parecer tanjante, para no salir de malcriado, como un cualquier Altamirano, su patrón.
Examinemos las pruebas: se trata de fotos de algunos dirigentes del FMLN con Chávez o en Venezuela. Y Salvador Samayoa aplica su sabiduría: “los amigos de mis amigos, son mis amigos”. Y de esto se desprende que Funes quiera o no quiera va a sufrir la influencia de Chávez, porque entre sus amigos, los dirigentes del Frente y Chávez, existe una “estrecha identificación”. Y luego viene toda una serie apreciaciones de Samayoa sobre el gobierno de Chávez y de manera más que apresurada las ve implantadas por Funes en El Salvador. En esto el método ha sido la simple insinuación, el deslisamiento semántico. Pero el ataque contra Funes es claro, directo y sobre todo parcial y partidista.
Salvador Samayoa tiene aspiraciones de jugar un papel nacional en la vida política del país, tal vez puede aún arrepentirse de nuevo y presentar su candidatura como consejero del gobierno de Funes, como en bastidores y a veces en el proscenio, lo ha sido de Saca.