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07 noviembre 2008

Obama. Otro punto de vista.

Les entrego aquí un artículo que me ha enviado mi amigo A. Martínez-Uribe.


En pocas palabras


Obama: Sí, podemos

Antonio Martínez-Uribe
San Salvador, Viernes 7 de Noviembre del 2008.

Critican a Mauricio Funes, el FMLN y aliados porque, según dicen, pretenden aprovecharse del fenómeno Obama y que, sostienen la tesis de que algo similar pasara aquí en el paisito en las próximas elecciones. Alegan que los procesos son incomparables desde cualquier variable y enfoque. Llama la atención que más de alguno sostiene que sí son comparables y que tienen similitudes. Unos y otros señalan que desde el punto de vista “sociológico”, o hablando “sociológicamente” o bien que algunas comparaciones serán “sociológicas”… y que otras serán “electorales”, otras “políticas”, “religiosas”, etc., etc.

Cada uno hace sus propias interpretaciones pero no explican a que se refieren cuando hacen referencia a lo sociológico. Lo cierto es que tanto allá como aquí uno u otro proceso es sociológico visto desde la teoría que plantea que el objeto/sujeto de estudio de esta disciplina es la acción social. En este sentido: ¿Qué es lo que está detrás de la acción social de sujetos individuales y/o colectivos? ¿Qué la motiva? ¿Cuál es la razón por la cual multitudes se congregan y comportan de determinada manera, por ejemplo, esta vez, para darle un apoyo electoral tan concluyente a Obama?

Es decir el desafío de la sociología es muy grande. El trabajo de Karl Marx o Max Weber, por eso es sociológico, por su intento de estudiar a la sociedad en su conjunto y desarrollo histórico, haciéndolo con abundantes referentes empíricos. Por eso es que, dada la enorme complejidad del reto, desde siempre se ha optado por la microsociología, es decir el estudio, supuestamente menos complejo, de comunidades pequeñas. No obstante estas comunidades, no son islas, no se escapan del impacto de las grandes variables del país, región o planeta. Y mucho menos hoy, cuando, desde ya hace ratos, gracias en parte al impresionante desarrollo de las comunicaciones entre los humanos, se ha iniciado un cambio de época. Tengamos presente siempre que el cambio social se inicia cuando una idea impacta en la cabeza, en la mente. Esto ya está comprobado a lo largo de la historia. Pero en nuestro país la sociología tiene un desarrollo casi nulo. Aquí nuestros analistas casi todos plantean opiniones, conjeturas, sospechas, suposiciones.

Los resultados electorales en USA son espectaculares y aplastan todos aquellos análisis que hablaban de que se esperaban resultados apretados como se informó, en el preciso momento en que la votación ya estaba en desarrollo (EDH, 031108, página 18). Lo mismo se empieza a decir, por algunos, para nuestro actual proceso electoral. ¿Desinformación, manipulación?

Muy pegado a su cautivante personalidad en la cual su lucidez, garbo, pelaje y verbo juegan un papel clave, ya nadie tuvo miedo a dar su voto por Obama. Con el mot d'ordre (consigna) "Yes , we can", supo atraer al electorado de todos los estratos, ideologías, identidades (menos, claro está, a las sempiternas elites refractarias al cambio) y también, con un discurso basado sobre la reconciliación que se dice ha reunificado al país norteamericano, hundido en circunstancias de crisis. Esta es una principal razón que los grandes diarios del mundo señalan para explicar un triunfo irrevocable.

Estamos ante otro ejemplar caso en el que cuando el sujeto necesario, único portador del mensaje histórico anhelado, y las circunstancias adecuadas se encuentran en el minuto propicio, sí se puede cambiar el rumbo de la historia nacional. Y en el caso de los Estados Unidos la mundial.

Por eso es que, aunque no les guste a aquellos que pretenden dividir la realidad en pedazos, como la de separar la religión y la política, citamos esta idea bíblica, por razones particularmente sociológicas: Y en la guerra, si la trompeta no da un toque claro, ¿quién se alistará para la batalla? (I Corintios 14-8) ®

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