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15 abril 2011

De la "unidad nacional" al "pacto fiscal"

Los temas predilectos de Mauricio Funes son su política de “unidad nacional” y su busca constante de llegar a un “pacto fiscal”. Sabemos que el primero es un viejo tema de la dominación burguesa sobre el conjunto de la sociedad. Consiste en hacer creer que los intereses de la clase dominante coinciden con los de toda la nación. Se presentan como los más capaces de dirigir los destinos del país, sobre todo de su economía. Su principal estribillo es que las empresas tienen que obtener ganancias para garantizar el progreso nacional y sobre todo mantener las inversiones y el empleo. El cambio del sujeto gramatical no es inocente. Cuando hablan de ganancias se refieren a las empresas, a entes impersonales y no a los propietarios de esas empresas. A esto se le llama mistificación. El engaño consiste en ocultar que los que se apoderan de las ganancias son personas privadas, que disponen según su propia voluntad del resultado del trabajo de los productores reales, los trabajadores.


En esto se manifiesta la avaricia, el ansia vehemente de acaparar. Pero en tanto que agentes del capital, urgen aumentar las ganancias e investir, pero las inversiones no siempre son para producir más, sino que para ganar más lo más pronto posible y por eso se van hacia la compra de instalaciones o estructuras existentes. Esta tendencia es permanente, constante, es la que da las fusiones y la concentración de capitales. Esto conlleva como efecto “colateral” el despido de la mano de obra que juzgan excedentaria o inútil. Esta mano de obra es el sostén de familias, también son personas, son destinos personales, también son parte de la nación, son los que producen las riquezas.


Los capitalistas también tienen necesidad de mostrar su riqueza, de lucir ante los otros sus éxitos y granjearse ante los prestamistas la confianza para obtener créditos. Hay en esto dos tendencias, el que se muestra como un implacable agente del capital y el despilfarrador del capital, el “botarata”. Por lo general estos botaratas no lo son completamente, pues su afán acaparador, los lleva a comprar objetos de lujo, que conservan o aumentan su valor mercantil, joyas, obras de arte, inmuebles, etc.


La derecha, todos los partidos de la derecha, son partidarios de la política de la “unidad nacional” del presidente Funes y mientras no se llegue a un “pacto fiscal”, ellos siguen protegiendo los intereses de clase de la burguesía. Es lo que ha ocurrido en la Asamblea. Los diputados de ARENA, GANA, PCN y PDC superaron las “observaciones presidenciales” y reformaron el artículo 91 del Código Tributario. Los ricos, porque no se trata de otra cosa, podrán seguir luciendo sus riquezas, pero tienen derecho a ocultarlas ante el fisco. Ahora con este voto, nos dice El Diario de Hoy, los ricos “ciudadanos estarán obligados a declarar solo los bienes inmuebles, siempre y cuando tengan ingresos mayores a $75,151,20 o que posean bienes inmuebles valorados en $300,189,60 ó más, la cual deberán de anexarla a la declaración del impuesto sobre la Renta, cada año fiscal”.


Esta es una puesta en efecto del “pacto fiscal” del que tanto se habla. Esta ocultación no “permite que el ramo de Hacienda pueda detectar si efectivamente un contribuyente está declarando de acuerdo a todos sus ingresos en un año fiscal, y por ende, no se puede combatir la evasión y la elusión fiscal”.


No sé si nuestro flamante presidente ha ido a llorar al hombro del expresidente Saca, ya sabemos que se ha asegurado de sus serenatas en el Consejo Consultivo, lo que ignoramos si el trío recalcitrante de los expresidentes areneros traerán sus pañuelos o sus guitarras.


Esto es una aplicación concienzuda de la política del presidente, que va de la “unidad nacional” al “pacto fiscal”.

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