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26 octubre 2017

¿De qué verano se trata?

Escuché atentamente lo que dice Nayib Bukele en su último vídeo.  No dice mucho. Llama a todas y todos y al que quiera venir a juntarse para participar en su futura elección como presidente, que sea rojo o verde, no importa. Lo único que importa es estar amargado o descontento, a disgusto, avinagrado contra el gobierno y el régimen de partidos. Llama a todos sin importarle lo que piensen o sientan, sean de derecha o de izquierda, o tal vez de centro. No lo dijo porque tan extremos somos que no hay centro que valga. En todo caso en ese futuro amontonamiento todos van a poder decir lo que se les ocurra, lo que se les venga en gana y no hay problema si entran en contradicción, si lo que uno dice atropella la opinión y sensibilidad de otros, ellos pueden hacer lo mismo, con plena libertad. No hay estructura, no hay nadie que ponga límites. no hay nadie que corrija, ni dé órdenes, lo puede hacer en público o en privado, eso es lo de menos, de todo eso puede que salga un “plan de país”.

Y lo haremos entre todos, sin coordinación, en pleno relajo… Bueno, esto no lo dijo Bukele, se lo agrego yo. Este “movimiento” que abarca a todos, tiene en el fondo una sola y real convicción: Nayib tiene que ser presidente. Y como todos tienen derecho a decir lo uno o lo otro, pensar al revés y al derecho, a las horas de las horas lo que haga Bukele en la presidencia corresponderá obligatoriamente a alguna opinión expresada en su movimiento.

Ya sea en feis, o en guachap, en tuiter, en el barrio, en la esquina, en el bar, en los parques, en las canchas de fut, armen su grupo para hablar y promover la candidatura de Nayib. La divisa es: “seamos millones de golondrinas”. Y volverán las oscuras golondrinas a las urnas a votar y en mi balcón sus bocotas de pendejos abrirán…

No me vengan a insultar los que no estén de acuerdo conmigo, el tótem ha dicho que podemos decir lo que nos ronca la gana, que podemos si así lo queremos criticarlo, decir lo que uno piensa… El gran conciliador nacional ya previno que no van a haber exclusiones, que un arenero no puede venir a pedir la exclusión de un efemelenudo, ni vice versa y todo lo contrario. Todo será transparente, nadie se puede quedar afuera, todos pueden entrar, sin reparos, lo vuelvo a repetir, hay una sola condición: estar amargado y una sola convicción: Nayib presidente. No hay ninguna complicación ideológica, no hay ningún apego a teorías o a dogmas. Lo único cierto es que habrá verano con tantos golondrinos.

17 octubre 2017

Su personita sí es relevante

Siempre me pregunté por las razones que podía tener Nayib Bukele para permanecer en el seno del FMLN, si proclamaba a gritos sus serias divergencias con la política gubernamental y las opciones sociales y societales de la dirección de su partido. Bukele suele equiparar al FMLN con ARENA. No estoy sugiriendo que no tenga razón, sino que eso no es nuevo, es anterior a su entrada al partido. Bukele ha afirmado que existe incompatibilidad de sus ideales con la ideología arenera, por una simple ecuación se concluye que sus ideales personales son incompatibles con los del FMLN. No obstante permaneció hasta su expulsión y creo que en el mundillo electorero este hecho lo ha beneficiado. La principal razón de su obstinada permanencia en las filas del FMLN se debe al imbroglio legal salvadoreño: primero si lo expulsan puede permanecer en el puesto; segundo si se iba no podía crear un nuevo partido pues iba a ser considerado tránsfuga, mientras que ahora perfectamente puede crear su propio movimiento. Es este punto el que fue meditado por sus consejeros.

Al mismo tiempo estuvo presente en los consejeros del Príncipe una precaución, los votos que agregó para su elección al puesto de alcalde capitalino no alcanzan para ser electo sin el aporte de los votantes firmes del FMLN. La crisis política que vive el país comporta una alta abstención y un aumento de la desconfianza del electorado por el mundillo electorero. O sea que esto no se arregla fácilmente con regalitos, sonrisas y calcetines verdes o celestes. Es cierto que cada vez más la imagen cuenta mucho más que las convicciones y los programas. Y la imagen se perfila con una presencia permanente en los media. Su propia actividad tuitera y facebookeana nutre las páginas de la prensa y las pantallas de la televisión.

Los métodos publicitarios recomiendan aplomo, seguridad, firmeza en el comportamiento del vendedor. En nuestro caso, el de Bukele, el vendedor y la mercancía son la misma persona. Por eso el egocentrismo y la prepotencia han suplantado las virtudes antes anotadas. Vivimos en un país subdesarrollado tercermundista, Nayib Bukele es un producto de nuestra sociedad. Y sus recursos intelectuales y éticos son los de nuestra sociedad. Es por eso que recurre a ejemplitos de baratillo, el velero que las olas y el viento abaten, reduciendo el destino personal y nacional a la voluntad divina, “que se haga su voluntad”, sí, muy bien, pero hasta ahora nadie ha visto a Dios meterse en los destinos de los países, luego nos da otro ejemplo, el del empeñoso pueblo japonés, es cierto que Japón quedó pobre y exhausto después de la Segunda Guerra Mundial y claro que los capitales nipones y estadunidenses le exigieron a los trabajadores mayores sacrificios. Creo que los salvadoreños no hemos necesitado el ejemplo japonés para trabajar duro y en lo que se presente. La visión de Nayib Bukele es la de un patrón y “el pecado salvadoreño” se reparte por igual entre todos, entre los oligarcas que sacan sus capitales del país, que se niegan a contribuir en el presupuesto de la nación a la altura de sus riquezas y los pobres que trabajan duro por un miserable salario. En su raciocinio de patrón la culpa es de todos por igual.

Hay otro punto en lo que concierne al Japón, la situación de la economía no era la de un país en desarrollo, sino la de una potencia mundial que acababa de perder la guerra, pero que tenía el bagaje material y humano para recuperarse. Llegaron además inversionistas de otros países, el nivel de las universidades japonesas incluso antes de la guerra eran superiores al bajo nivel de nuestras instituciones de enseñanza. No se puede construir empresas industriales sin ingenieros de alto nivel, sin una mano de obra cualificada y con capacidad de absorber nuevas tecnologías.

Es cierto que uno no se hace mundialmente famoso (su aspiración más íntima) siendo alcalde de una pinche capital centroamericana, para una “persona”, dijo poniendo cuidadosamente en su pecho la palma de su mano, tal vez para que no quedara duda que hablaba de sí mismo. Es incluso irrelevante para esa gloria vana incluso ser presidente de un pinche país como el nuestro. Sabe que no será premio Nobel, que tampoco va a llegar a ser un nuevo Messi o Ronaldo o sea no va adquirir fama mundial ocupando el puesto supremo de presidente: no obstante ese gran inconveniente, está dispuesto a condescender a gobernarnos por nuestro bien, pues le parece que su personita sí es relevante para todos nosotros.

03 octubre 2017

Conversación sin bridas

El pleito entre Nayib Bukele y los dirigentes del FMLN ha entretenido la atención de los ciudadanos y ha acaparado los comentarios de especialistas y expertos de los media nacionales. La realidad es que Bukele desde hace ya cierto tiempo viene manifestando su desacuerdo con la política del FMLN, en muchos terrenos. En alguna medida este ha sido su fondo de comercio político que le ha permitido popularidad incluso dentro de las filas del mismo FMLN. Respecto a esto los dirigentes del FMLN no manifestaban su enojo, ni desaprobación. Hubo uno que otro dirigente que rechinó, incluso cuando se pretendió en algunas declaraciones “independiente”, le recordaron que era miembro y cuando se iba a presentar como candidato a alcalde de San Salvador se le recordó que se presentaba en tanto que miembro del partido. La actitud condescendiente del partido con su “oveja perdida” le creaba una aureola de tolerancia y de admisión de divergencias, de cierto pluralismo.  En algunos momentos, los dirigentes tuvieron que alzar el tono, pues los descarríos de Bukele se hacían cada vez más patentes y poco a poco la condescendencia del FMLN se convirtió en aliciente para Bukele. La dirección del FMLN es experta en resolver este tipo de conflictos, llaman la atención, toma la palabra algún miembro cercano del “centro” que amenaza, dan señales que la línea roja ya fue pisoteada. Bukele no entiende ese lenguaje, él no es realmente de la familia, vino como Funes de afuera (pero el expresidente tenía mayor experiencia política y fue mejor asesorado).

En todo caso le hicieron la cama y el Tribunal de Ética lo más probable va fallar por la expulsión. Este episodio de la vida interna del partido y de la vida política nacional merece que se analice no en sí, sino en su papel revelador del bajo nivel político de nuestros analistas y comentadores. En realidad, mientras se comentaban las declaraciones, se evaluaba quién saldría ganando o perdiendo en la separación, en la Asamblea, en las oscuras reuniones de comisiones parlamentarias se tramaba una “no reforma” sobre las pensiones. El destino político de una persona pesó más que el desprecio hacia miles y miles de salvadoreños, que pudieron acceder a una jubilación decente y universal, que manifestaban los diputados y el gobierno al corroborar lo existente agravándolo.

El poderío de los medios de comunicación de masas es que nos construyen un mundo en el que existe solamente lo que deciden los dueños de esos medios, lo que no mientan estos medios queda afuera de la realidad, no existe. De repente nos anunciaron la aprobación unánime de la reforma que dejaba la estructura anterior intacta con todos los problemas futuros que cuelgan como una espada de Damocles sobre el presupuesto nacional y amenaza con una pronta situación de impago gubernamental. De esto apenas se habla. En realidad lo que se recalca es la armonía lograda en la Asamblea y la pronta ratificación presidencial. Esto ha pasado como una nube de tormenta que no descarga su lluvia.

La gravedad de lo que acaba de pasar es tal que el silencio mediático, la ausencia de respuesta popular antes y después del voto no deja de dar desánimo. Vaya, vean el poderío de los media: al ladito, en Honduras, hay asesinatos políticos, represión despiadada, brutal contra manifestaciones de campesinos, de profesores de escuelas, de obreros, todo esto no provoca la algarabía en las redes sociales como la brutal represión en Cataluña el día domingo pasado. De repente muchos salvadoreños descubren que existe un movimiento separatista, pero ignoran su origen, si es de izquierda o derecha. Se habla de un derecho de voto que no es respetado en general, como si en Cataluña nunca hubieran permitido que los catalanes acudan a las urnas, como si nunca han habido campañas electorales. Se habla de defender la democracia en Cataluña, la democracia y no otra cosa, se habla de libertad, pero abstractamente, sin dar detalles. ¿Qué libertades se le niegan en particular a los catalanes? Digo en particular, la Constitución de España con todos los defectos que pueda tener se aplica por igual a todos los españoles, cualquiera que sea su provincia, su comarca, andaluces, castellanos, vascos, etc. Una minoría que promueve la independencia (con justificadas razones o no) se vuelve en los comentarios en “el pueblo catalán”. Y vemos a los salvadoreños mostrar un internacionalismo ausente, totalmente ausente cuando se trata de nuestros hermanos hondureños. Los catalanes han tenido la posibilidad de existencia en el mundo que crean las noticias, los hondureños, nosotros mismos no existimos nunca en las noticias mundiales.

De la misma manera, los muertos en Las Vegas nos entristecen y nos conmueven, son más de cincuenta. La fuerza de los media respecto a nosotros mismos es que en el mes de septiembre hubo 435 muertos por asesinato y ya nos acostumbramos, ya nos acostumbraron. Esas muertes sirven para mantener el miedo, para sembrar el terror, miedo y terror reales, existentes en cada uno de los salvadoreños. Pero también es un miedo y terror existente en los media, en el mundo de los media, que nos presentan este fenómeno como una especie de fatalidad, como una plaga, como un “castigo divino”, como algo que nos cayó del cielo. Las maras son ajenas, un cuerpo ajeno, una suerte de excrecencia social inexplicable, un enemigo interno que se nos ha impuesto y nada, ni nadie puede hacer algo para salvarnos de esa maldición. El terror y el miedo frena la reflexión y opaca la inteligencia.

Si vuelvo ahora en esta conversación al pleito entre Bukele y los dirigentes del FMLN, pues uno de sus “delitos” es que ha afirmado y reafirmado que no hay diferencia entre su partido y ARENA. Esto ha sofocado a los efemelenistas, a todos desde la base hasta la cúpula. Pero si al mismo tiempo volvemos a los otros dos temas de esta plática, en el primero votaron juntos y en cierto sentido los diputados del FMLN refrendaron lo hecho por ARENA y lo reforzaron y en el segundo tema, el de las maras, pues la represión fue el método arenero, los efemelenistas entraron en esta subasta y sacaron al Ejército de los cuarteles, no han parado de agravar leyes, les impusieron el mote de “terroristas” con una ley ad hoc, el gobierno se dice en guerra y han aparecido “grupos de exterminio”. Se sospecha fuertemente que son miembros de la PNC y miembros del Ejército y el gobierno simplemente niega la existencia de esos grupos paramilitares y “justicieros”. Pudieron perfectamente crear una comisión que investigara los hechos incriminados. Pero prefieren el silencio.